Desde hace unos años venimos viendo un boom en el mundo del cine con los
remakes de viejas franquicias: Parque Jurásico, Robocop, Mad Max, Star Wars, Star Trek, etc.
Esto se ve claramente en el mundo del cine pero afecta también al anime, con claros ejemplos
como Sailor Moon, JoJo, Berserk, Digimon, Pokemon o Evangelion.
Cuando leemos algunos de estos títulos nos entra la nostalgia, dado que muchos son animes de
nuestra infancia y con los que hemos crecido. Otros no son tan conocidos o simplemente son uno
de los grandes animes que han marcado la diferencia entre los miles que existen. Para las productoras, lo bueno de los
remakes es que se tienen asegurado un público, los antiguos espectadores, y
tienen la esperanza de atraer a muchos más fans que ahora son jóvenes para que la serie siga en
boca de todos a lo largo del tiempo. Esto hace que muchos piensen que la gente no se esfuerza por
crear ideas y solo quieren ganar dinero, pero cada caso es diferente.
Por supuesto que cada caso es diferente, por ejemplo el anime de JoJo original de los noventa no
era tan conocido hasta que hace unos años volvieron con la serie; esta vez
ganando muchos más seguidores ¿Y cómo es posible que un anime que no era tan conocido ahora
tenga muchísimos fans? Sencillo: cuando uno ve el anime original espera ver sangre, dado que
básicamente es un anime de peleas. Podemos ver a Dio cargándose a miles de personas con su coche
y de otras maneras diferentes de una forma brutal. Además tiene esos colores lúgubres muy típicos de
los animes noventeros que le dan cierta oscuridad si los comparamos con la nueva adaptación:
colores vivos y mucha fabulosidad. A esto lo llamo yo el efecto Tarantino: haz que una escena violenta
como por ejemplo arrancar una cabeza sea tan exagerado, colorido y con una música que te haga
reír y al espectador le resultará más llamativo.
Sinceramente no podría decir que uno es mejor que el otro, pero con todo el colorido y la música que añaden han hecho que la gente se fije en este estrafalario manga/anime de una forma positiva; lo cual personalmente me alegra.
En contraposición tenemos Sailor Moon, un anime que lo conoce casi todo el mundo y seguro que
de niños algún capítulo ha caído, además de ser uno de los más ilustrativos del género magical girls. Sobresale también por poner
cosas como una pareja lesbiana o personajes que cambian de sexo ¡y eso en los noventa! Aunque el anime original llegase a poner relleno a la mayoría les gusta
dado que es divertido, añadimos una buena banda sonora y perfecto. Con el nuevo anime, mucho más corto y fiel a la historia del manga se esperaba mucho
más, pero acabó decepcionando a los fans: notables cambios en el estilo de dibujo, una banda
sonora que carece de originalidad y una adaptación de los personajes que no cala. En resumen, se trató de una serie con unas expectativas altísimas y no supo cumplirlas.
Es el riesgo a la hora de hacer nuevas pelis de algo que ya consideramos como bueno y perfecto.
Claro que en algunos casos es necesario, como en Evangelion: queramos o no la animación es muy
mala y con las nuevas pelis y la serie animada pasa a ser realmente espectacular; además de
atraer a muchos nuevos seguidores. En el caso de Berserk nos resume la anterior entrega con una animación muy
buena y toda la sangre que nos esperamos, siendo muy fiel a la saga original. Pokemon
siempre ha estado ahí, pero con su saga siguiendo las aventuras de Red despertó la nostalgia de
muchas personas, efecto que se repite en el caso de las ovas de
Digimon; seguro que más de uno le emocionó volver a ver a los niños de la primera
temporada.
Con esta revisión lo que quiero sacar a la luz es que realmente a veces los remakes son necesarios
en el mundo del anime, ya sea porque no tenían presupuesto en la original o tal vez porque pueden
llegar a más gente con unos cambios. Pero ojo, es un arma de doble filo que puede acabar haciendo
que uno quiera llorar a causa de que no se ha logrado captar la esencia o el espíritu que tenía en su
momento aquella serie. Ante todo deberíamos ser más abiertos a que se vuelva a tocar algo del
pasado y no discrepar a las primeras de cambio como sucede en la mayoría de veces que se
anuncia un remake de algún anime.
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