Hoy vamos a hablar un poco del anime del momento, Yuri on Ice. Sin embargo lo haremos en términos un poco más extensos (y críticos) que los de una mera review de final de temporada, por eso he decidido abrir esta entrada independiente (aparte de que el anime no está terminado todavía).
Es innegable que esta serie dedicada al patinaje sobre hielo masculino se lleva el primer lugar en favoritos de la temporada. Si bien esto se veía venir incluso antes de que comenzar su emisión por un solo y único motivo: la obvia relación homosexual entre los dos protagonistas. Personalmente mi opinión al respecto es que se le está dando más valor del que merece solo por esto.
No me malinterpretéis. Me parece fantástico que los dos protagonistas tengan una relación homosexual (sin que el anime sea el género BL, se entiende). Es un gran paso que se vayan mostrando relaciones entre personas de cualquier sexo en series fuera del género específico que existe para ello, significa que es algo que puede estar en cualquier escenario, como en la vida misma, sin que se tengan que ver relegadas a una categoría apartada de las demás. Es decir, es genial que veamos representadas todo tipo de sexualidades en cualquier serie sin tener que ir adrede a buscar una que trate el tema en particular.
Hasta ahí todo bien. Lo que me rasca bastante es que en el anime todos parecen ser homosexuales (o esa es la impresión que me da). Salvando a los amigos de la infancia de Yuri, casados y con tres hijas, el resto de personajes masculinos (es decir el 90% del total) rebosan homosexualidad por los cuatro costados. Creo que esto contradice un poco lo que explicaba en el párrafo anterior: al final la igualdad de relaciones se va al carajo y vuelve el desequilibrio. Si lo trasponemos a la vida real lo suyo sería que tuviéramos personajes tanto hetero, como bi, como homosexuales. Pero aquí todos los hombres parecen ser gays y eso le resta mucha credibilidad. Al parecer he escuchado que la autora quería mostrar en exclusiva relaciones homosexuales porque el público está harto de relaciones heterosexuales que son siempre lo mismo. Ni comparto esta visión (que raya el desprecio, cosa por demás injusta) ni cambia en nada mi opinión sobre lo anterior.
Por otro lado, está la relación entre Victor y Yuri. Si bien es un shippeo bonito y me gusta (en serio, quiero que se casen y adopten niños y coman tazones de cerdo bajo un kotatsu todos juntitos) no así tanto el desarrollo del mismo. Básicamente porque no veo ninguno. En inicio, ambos compiten en la misma categoría pero Victor es el campeón máximo mientras que Yuri es el perdedor absoluto. El primero no sabe ni quien es el segundo. De hecho, recordemos que en el primer capítulo, cuando Yuri se queda mirándole con admiración tras el torneo, Victor apenas si le reconoce y le pregunta si quiere una foto con él. Puedo comprender que se conmoviera al ver el vídeo imitándole, que investigara sobre él y que se vea motivado a entrenarle porque había perdido un poco la ilusión de qué hacer en la vida. Eso lo apruebo. Pero de ahí, de ser casi desconocidos, pasamos a que Victor prácticamente quiera tirárselo desde el minuto uno (por más que disfracen eso todo lo que quieran de "intentar conocer a Yuri como entrenador suyo que es", aunque de esto voy a hablar más adelante). ¿En qué momento hemos llegado a eso? Es casi obsesivo. ¿Cuándo ha desarrollado algún tipo de sentimiento por un tío que ni conocía? ¿O simplemente le pone y quiere acostarse con él? Al principio se puede barajar esta opción, que tendría más sentido puesto que para eso no es necesario ningún sentimiento de por medio, estrictamente hablando, pero según avanzan los episodios parece quedar descartada, con lo cual nos quedamos con un vacío entre ambos comportamientos de un personaje, dando como resultado un cambio radical que no es lógico. Por parte de Yuri no hay comentarios al respecto ya que siempre ha admirado a Victor y no es raro que esto se convierta en sentimientos románticos, cosa que de hecho me gusta mucho.
Otro aspecto de su relación a mencionar es la insistencia de Victor en que Yuri le haga caso. Es decir, lo suyo es acoso y derribo, prácticamente: esos gestos, esas miradas que parecen querer desnudarlo con los ojos, ese tono de voz sugerente, esos "durmamos juntos" (cosa que de nuevo disfrazan de mera relación entrenador-patinador ¡ja!). En relación con lo primero que se comentó, esto me hace plantearme: si en lugar de un hombre Yuri fuera una mujer, se alzarían voces diciendo que ese comportamiento roza el acoso, que Victor es un pervertido que intenta forzarla cada dos por tres. Pero como son dos hombres ¿no pasa nada? ¿Yuri no puede sentirse acosado igualmente ante algo tan directo y exagerado? Sin embargo no veo a nadie hablando sobre ello. En un mundo en el que el la lucha contra el machismo y por la igualdad de géneros está a la orden del día creo que muchos deberían revisar sus pensamientos al respecto porque si vamos a pedir respeto lo pedimos para todos los géneros y todos los tipos de relaciones ¿o no queremos igualdad?
Por último, quiero hablar de la sutilidad inexistente. Me explico: el anime es tremendamente homosexual en su conjunto. No se cortan a la hora de exponer cuerpos desnudos, toneladas de tensión sexual, comportamientos altamente eróticos, etc. Pero a la hora de la verdad no se "atreve" a dar el paso definitivo, como mostrar un simple beso entre los dos protagonistas (de forma explícita, todos habéis visto este episodio y sabéis a lo que me refiero). ¿A cuento de qué? ¿Tanto empeño en mostrar relaciones homosexuales, en marcar una diferencia a este respecto, y luego en el momento de la verdad nos quedamos a las puertas? Al igual que la obvia atracción de los protagonistas el uno por el otro queda enterrada bajo el subtexto de "necesito conocerte mejor como entrenador", "este ejercicio implica que saques tu lado más seductor" y cosas por el estilo. La verdad es que me parecen meras excusas y en este aspecto siento que el anime falla en el propósito que persigue.
He sido muy crítica, lo sé. Pero cuando algo es tan extremadamente popular no puedo evitar preguntarme por qué y querer analizarlo desde mi punto de vista. Soy consciente de que la mayoría no compartirá mi opinión ni lo pretendo. Reitero que Yuri on Ice no es mal anime, el dibujo es precioso, la animación una maravilla, los personajes son todos geniales y es una serie que se ve sola, prácticamente. Aunque para mí es una pena que prácticamente nadie la vea por el deporte y solo sea por la homosexualidad. En todo caso, habrá que esperar a ver como se desarrollan los pocos episodios que restan para terminar la temporada.